Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://hassanxhou897906.laowaiblog.com/37324918/qué-habría-dicho-materazzi-para-provocar-el-cabezazo-de-zidane