Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://zoyaanit090364.bloggerchest.com/38618900/la-confesión-de-zidane-sobre-su-cabezazo-en-2006